¿Cómo mejorar la salud mental en la empresa?

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¿Cómo mejorar la salud mental en la empresa?

Cada vez se habla más acerca de salud mental en la empresa, y esto es buena noticia. Aunque no es ninguna novedad que unas condiciones de trabajo estresantes o desagradables (así como situaciones de acoso y similares) pueden desembocar en problemas como crisis de ansiedad o depresión, la cada vez mayor incidencia de este tipo de enfermedades, en relación directa con la empresa, nos lleva cada vez más a poner el foco en este problema.

Si hasta hace algunas décadas se hablaba poco o nada acerca de la salud mental en la empresa, poco a poco el empresario español va tomando conciencia acerca de su importancia. Del lado de los trabajadores, tal y como veremos en este artículo, cada vez es más frecuente poner en valor su propia salud mental y comentar con el empleador aquellos problemas relacionados con ella que tengan que ver con el entorno laboral.

Llegan tiempos de cambio, e introducir la salud mental en la agenda empresarial se convierte en una tarea imprescindible.

Salud mental en la empresa y prevención de riesgos laborales

No hay que perder de vista que la felicidad (o ausencia de ella) de los trabajadores tiene mucho que ver con la prevención de riesgos laborales. De hecho, cada vez existen más casos en los que las enfermedades mentales pueden llegar a considerarse accidente laboral, a pesar de que a día de hoy ninguna de esas dolencias aparezca recogida en el listado de enfermedades profesionales.

Así, según explica el reciente informe ‘La salud mental y el trabajo 2023’, elaborado por el sindicato UGT, las patologías que padecen las personas trabajadoras derivadas de la incorrecta gestión de los riesgos psicosociales de origen laboral “apenas se reconocen en nuestro país como contingencia de origen profesional”, pero hay que tener en cuenta que en España los desórdenes mentales no figuran en el vigente cuadro de enfermedades profesionales y, por tanto, no pueden en ningún caso admitirse como tales.

Sin embargo, en  aplicación del artículo 156 de la Ley General de la Seguridad Social, es posible que, cuando se pruebe que la enfermedad se debe exclusivamente al trabajo, sea indemnizada como accidente de trabajo.

“Puesto que la carga de la prueba sobre la etiología exclusivamente laboral recae en el enfermo, se trata de una vía notablemente restrictiva, a pesar de lo cual se reconocieron un número significativo de casos de este tipo lo que sugiere que el problema podría tener una dimensión considerable”, asegura el informe.

En el futuro, con toda probabilidad asistiremos a un mayor peso de las enfermedades mentales a nivel legislativo, en reconocimiento del derecho de los trabajadores a que este tipo de condición goce de la misma categoría y protección asistencial que cualquier otra enfermedad que pueda considerarse laboral.

Prueba de ello es que en Europa ya se habla de incluir los trastornos de salud mental relacionados con el trabajo (y, en particular, depresión, agotamiento, ansiedad y estrés) entre las enfermedades profesionales, dando forma a una Directiva comunitaria en la que se establezca una lista mínima de enfermedades profesionales, así como los requisitos mínimos para su reconocimiento y una compensación adecuada para las personas trabajadoras afectadas.

Como muestra, durante 2022 se reconocieron 113 casos de desórdenes mentales causados por el trabajo y 20 agravados por el trabajo, así como 626 accidentes de trabajo en jornada que causaron daños psicológicos por agresiones y amenazas a la persona trabajadora.

Más allá de la necesidad de evitar multas multas y sanciones relacionadas con las condiciones de trabajo, es importante tener en cuenta que la salud mental también tiene mucho que ver con la productividad y con la imagen de marca.

En otras palabras, incluso si pensamos únicamente en el bienestar de la empresa, apostar por una política de cuidado de los trabajadores sin duda es algo primordial e imprescindible para lograrlo.

Según la Encuesta ESENER-2019, citada por UGT, la razón más importante para que las empresas españolas se ocupen de la salud y la seguridad es el cumplimiento de las obligaciones legales y evitar multas de la Inspección de Trabajo. En el lado contrario, la razón a la que dan menor importancia es aumentar la productividad.

Se trata de un importante error teniendo en cuenta la relación directa que existe entre salud mental y productividad: precisamente una de las asignaturas pendientes del empresario español es tomar conciencia acerca de este hecho. Como muestra, según estudios recientes, “el asegurar unas condiciones de empleo adecuadas podría reducir un 60 % los casos de mala salud mental de las trabajadoras y un 80% los casos de los trabajadores.”

El mismo informe asegura que la mayoría de las empresas entrevistadas informaron de la realización periódica de evaluaciones de riesgos. Sin embargo, muy pocas empresas tenían en cuenta los riesgos psicosociales al realizar dichas evaluaciones en el lugar de trabajo.

Salud mental y COVID-19: la importancia de la pandemia a la hora de poner en valor la salud mental en el trabajo

Una de las consecuencias positivas de la pandemia por COVID-19 ha sido precisamente poner en el centro del debate la importancia de la salud mental en el trabajo. Según los datos de la Encuesta de la EU-OSHA a la población trabajadora, ‘OSH Pulse – Salud y seguridad en el trabajo’, con posterioridad a la pandemia indican que el 50 % de las personas trabajadoras encuestadas considera que la pandemia ha hecho que sea más fácil hablar de la salud mental en el trabajo.

Además, un 59 % declaró que se siente cómodo hablando con su jefe o supervisor sobre su salud mental y un 50 % teme que la revelación de un problema de salud mental pueda tener un impacto negativo en su carrera profesional.

En nuestro país, hasta el 1 de octubre de 2023 se han contabilizado 451.646 bajas laborales de personas trabajadoras derivadas de problemas de salud mental, según el informe de UGT.

Se estima que 2023 acabará con más del doble de bajas que en el mismo periodo de 2016, lo que muestra una tendencia al alza con un incremento sostenido desde ese año. Si comparamos el número de bajas por trastornos mentales y de comportamiento del 2016 con el mismo periodo 2022, encontramos un incremento de estas en un 81,54 %. Por otro lado, si comparamos 2019 (año prepandemia) con 2022 (año pospandemia) el incremento supone un 28,67 %. En cualquier caso, queda de manifiesto el importante aumento de estas bajas laborales.

Otro dato relevante es que los días de baja ocasionados por trastornos mentales y del comportamiento superó, ya en 2021, el 15 % del total (17,09 % en mujeres y 12,42 % en hombres). A nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que supone un coste de un billón de dólares por año en pérdida de productividad.

“No estamos bien en el trabajo: lo positivo es que empezamos a pedir ayuda, pero lo negativo es que cada vez la necesitamos más, sobre todo los menores de 25 años, entre los que las bajas por este motivo se han disparado un 91 % desde 2019″, asegura el informe. Además, este tipo de baja es la tercera más larga (108 días de media), solo por detrás de los tumores y las enfermedades circulatorias.

¿Qué medidas puede adoptar el empresario para mejorar la salud mental de los trabajadores?

Lo primero es designar a una persona o a varias para que sean las encargadas de gestionar (simple de forma profesional) la salud mental y los riesgos laborales asociados a ella en la empresa. En función de su tamaño, la forma de organización preventiva puede variar. Por ejemplo, en empresas de menos de seis personas trabajadoras, el empresario o empresaria podrá asumir personalmente la actividad preventiva. Para empresas más grandes, se debe designar a una o varias personas trabajadoras para ocuparse de la actividad preventiva.

Además de la posibilidad de crear un departamento interno para este fin, también existe la opción de externalizarlo, algo por lo que optan de manera más frecuente de las empresas españolas. En Kernel Legal podemos ayudarte a eliminar los riesgos laborales asociados a posibles problemas de salud mental en la empresa.

Invertir en ello supone sin duda un cambio de mentalidad necesario. No es casualidad que para muchas empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, resulta complicado encontrar recursos para abordar los riesgos psicosociales del negocio. La segunda dificultad más relevante para abordar los riesgos psicosociales es el papeleo y la cantidad de burocracia para cumplir con la normativa ya existente. La falta de conocimientos o de apoyo especializado otra dificultad alegada por las empresas. Sin embargo, ninguna de ellas es un obstáculo real si optamos por delegar este área de trabajo en una empresa especializada.

Para que puedas adentrarte en el amplio espectro de posibles soluciones por las que puedes optar, toma nota de estos consejos y medidas para mejorar la salud mental de los trabajadores en el marco de tu empresa, tomados de la Organización Mundial de la Salud (OMS):

  • Reducir las altas cargas de trabajo por su impacto evidente en la salud mental: es importante evitar ‘exprimir’ al empleado y a sus capacidades, teniendo en cuenta que la acumulación de agotamiento no solo lastrará su productividad, sino su bienestar tanto dentro como fuera de la empresa. Una carga de trabajo excesiva puede generar la sensación de no llegar o de no estar a la altura de las exigencias del puesto de trabajo, a pesar de lo evidente de su desproporción.El insomnio, el estrés o la ansiedad van de la mano en estos casos.
  • Evitar comportamientos negativos como la violencia y el acoso laboral o “mobbing”. En este sentido, la formación y capacitación de directivos es clave. Muchas veces no tenemos en cuenta la capacidad de liderazgo y de mando de las personas que sean promocionadas o contratadas para cubrir puestos de responsabilidad. Esto es un error importante: es imprescindible que un jefe reúna cualidades como la empatía y que domine técnicas de comunicación y de gestión de equipo y de trabajo a la altura de sus responsabilidades.
  • Se recomienda implementar mejoras en la atención a las personas trabajadoras con problemas de salud mental, a través de intervenciones para una correcta gestión de la reincorporación al puesto de trabajo tras una ausencia por motivos de salud. Para aquellas personas trabajadoras con problemas de salud mental graves, la OMS propone que se articulen mecanismos para facilitar la incorporación al empleo remunerado.
  • Invertir para construir una cultura de prevención en favor de la salud mental en el trabajo, incluyendo una necesaria reforma del entorno laboral para acabar con el estigma y la exclusión social y garantizar que las personas trabajadoras con problemas de salud mental se sientan protegidas y apoyadas. El primer paso para conseguirlo consiste en poner en valor las necesidades de los trabajadores y darles el trato humano que merecen. Implantar medidas como el teletrabajo o la jornada flexible pueden constituir un primer paso y aproximación hacia una mayor felicidad general de los empleados, mejorando al mismo tiempo la imagen de la empresa, tanto interna como externa.

 

Como plus, hay que tener en cuenta que, en lo que respecta a los profesionales de salud mental, España presenta ratios muy inferiores a las recomendaciones de la OCDE para países de similar nivel económico. Así, España cuenta con 9,6 psiquiatras por cada 100.000 habitantes (2021), una cifra significativamente menor a la media europea, y 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes (2018), una cifra tres veces menor que la media europea.

Por eso puede ser buena idea suplir esta carencia a través de ventajas laborales que incluyan una cobertura sanitaria de calidad, con la correspondiente asistencia psicológica y psiquiátrica necesaria. En función del tamaño de la empresa también podemos plantearnos contar con un profesional encargado de este tipo de asuntos.

Por último, no hay que perder de vista que en el mercado laboral español destaca el elevado empleo con salarios bajos o trabajadores en riesgo de pobreza y las desigualdades laborales según clase, género, situación migratoria, nivel de discapacidad, etc. Como empresarios, tenemos mucho que decir en estas materias, y está en nuestra mano a convertirnos en motores del cambio, moviendo la cultura empresarial de la que estar orgullosos.

Como muestra, la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2022 mostró que en España se encuentran en situación de precariedad laboral 11,9 millones de personas (50,8% de la población activa), casi 9 millones de las cuales son asalariadas, 1,2 autónomos y 2,6 se encuentran en desempleo habiendo trabajado previamente. Hay que saber que la precariedad laboral afecta sobre todo a empleados y autónomos del sector servicios, migrantes, mujeres, jóvenes y personas con menos estudios. Son estos, por tanto, los colectivos en los que los empresarios deben poner el foco, si bien se trata de un problema transversal que nos afecta a todos.

Si necesitas ayuda legal a la hora de diseñar una política de prevención de riesgos laborales, así como para cualquier aspecto relacionado con la gestión del derecho laboral en tu empresa, ponte en contacto con nuestro equipo de abogados.

 

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