Aumentan los abusos en el alquiler de habitaciones en Cataluña

El mercado del alquiler resulta cada vez más complejo y la escasez de vivienda para una demanda creciente se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para dar lugar a prácticas abusivas de todo tipo. Por eso no es raro asistir a denuncias como la lanzada estos días por el Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona-Lleida (CAFBL): desde este foro se expresa una gran preocupación por las prácticas abusivas que están proliferando en el mercado de alquiler, más concretamente en el alquiler por habitaciones, y que afectan de manera especial a los jóvenes, colectivo que ya enfrenta serias dificultades para acceder a una vivienda digna.
Analizamos los detalles de estas prácticas y, si necesitas ayuda en cualquier reclamación relacionada con un alquiler de vivienda o de cualquier otro tipo, ponemos a tu disposición a nuestro equipo de abogados en Barcelona y Girona: te asesoraremos y negociaremos por ti para que hagas valer tus derechos.

Aumentan los fraudes en el alquiler de habitaciones en Cataluña

Según asegura el CAFBL a través de un comunicado, este colectivo ha detectado «malas prácticas que pueden llevar a cabo tanto propietarios como inquilinos, así como las agencias que lo publicitan». Algunos ejemplos de estas malas praxis son las siguientes:
  • El cobro de precios desmesurados.
  • Ofrecer estancias que no son habitaciones como tales.
  • Atomizar viviendas para explotarlas al máximo.
  • Superar el número de ocupantes que pueden vivir en un inmueble según la cédula de habitabilidad.
  • Cobrar honorarios o incrementar la renda en conceptos que no son incrementables.
  • Inflar el precio de servicios asociados al alquiler de la habitación (por ejemplo, la limpieza).

Se trata de prácticas por las que los propietarios se aprovechan de la especial vulnerabilidad del colectivo joven, así como de la escasez generalizada de vivienda a un precio asequible, imponiendo condiciones abusivas a sabiendas de que la dificultad de acceso a una vivienda digna juega a su favor. Por eso desde el Colegio rechazan con firmeza unas prácticas abusivas y resaltan que «hacer más caro el alquiler de una habitación equivale inevitablemente a poner obstáculos a la formación y al desarrollo personal y profesional de toda una generación».

Si los responsables directos de estas prácticas son propietarios y agencias, no hay que perder de vista la cuestión normativa: son muchas las personas las que, según denuncia el Colegio, optan por no ofrecer sus inmuebles en alquiler por miedo a que la ley vaya en contra de sus intereses. En este escenario, retirar inmuebles del mercado del alquiler no hace sino reducir aun más la oferta disponible, lo que incrementa la tensión en los precios y da pie inevitablemente a los abusos a los que estamos asistiendo.

Las soluciones a este problema son sin duda complejas y deben abarcar distintos ámbitos pero, según señalan desde esta institución, deben ir en la linea de incentivar «de verdad que los propietarios pongan vivienda en el mercado de alquiler con garantías, seguridad y confianza.» Y para ello es necesaria una regulación equilibrada y unas ayudas adecuadas que huya de la actual «espiral de incertidumbres». Sin duda otro factor clave es la construcción de nuevas viviendas que, para el Colegio, debe ocurrir de forma paralela. El objetivo es, en definitiva, «aumentar y consolidar el parque de viviendas de alquiler a precio asequible».

Un nuevo escenario de abusos por parte de los propietarios de vivienda

Lo cierto es que este tipo de prácticas no son nuevas, aunque el incremento de su incidencia e incluso su generalización sí nos parecen muy reseñables. No faltan quienes alegan, con el fin de esquivar la aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que el alquiler por habitaciones no se rige por esta norma, al tratarse de un arrendamiento de estancias sueltas y no de una vivienda completa en sí misma. Obviamente se trata de una interpretación completamente interesada y errónea que, sin embargo, se utiliza con cada vez más frecuencia.

El modelo de alquiler por habitaciones se convierte así en una especie de cajón desastre donde todo cabe y donde los derechos esenciales al alquilar una vivienda habitual muchas veces no se aplican.

Estos contratos se basan muchas veces de forma genérica en el Código Civil. Sin embargo, esta renuncia de derechos, sea o no voluntaria, no impide reclamar judicialmente. Por eso nuestro consejo es denunciar este tipo de abusos para que haya consecuencias y para poder poner coto, poco a poco, a este tipo de prácticas ilegales.

Entre las consecuencias de estas prácticas, según explica el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, se encuentran las siguientes:

  • Un incremento del precio de la vivienda: se puede llegar a doblar o a triplicar el precio del alquiler de un mismo inmueble al cobrar por habitaciones.
  • Se suele cobrar los honorarios de inmobiliaria (gastos de gestión, que equivalen a una mensualidad) al inquilino, a pesar de que legalmente debe asumirlos el propietario.
  • Es frecuente imponer contratos temporales de forma fraudulenta, con una duración de seis o nueve meses, en este tipo de alquiler.
  • Al final de cada contrato, los propietarios suelen imponer una subida en el precio, muchas veces desmesurada, que obliga, en la práctica, a abandonar el inmueble o a asumir unas condiciones abusivas. 

Las personas a las que se suele dirigir este tipo de alquiler son principalmente estudiantes y trabajadores que se mudan a grandes ciudades, como Barcelona o Madrid, y que no pueden asumir el coste de alquilar una vivienda entera. Muchas veces no alquilan directamente, sino que lo hacen a través de agencias especializadas en este modelo.  

Además, según el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el 41% de los alquileres de vivienda se dan sin declaración a Hacienda pero, en el caso de los alquileres de habitaciones por Código Civil, las cifras podrían ser mucho mayores. 

Según denuncian desde este Sindicato, «más allá del deterioro de la calidad de vida de las inquilinas y de la inflación desatada en el mercado privado del alquiler que estos abusos generan, también se pone en riesgo la esencia de los barrios, promoviendo una vivienda y una vida de paso: una temporalidad corta y cara, muy por encima del nivel de vida de las vecinas locales, donde se precia la inmediatez, la disponibilidad, la gentrificación y la turistificación. Se crea entonces una economía y una manera de habitar el barrio a dos velocidades, provocando una inestabilidad constante para la zona, su creciente gentrificación y su potencial destrucción 

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